codorniz

Huevos de codorniz VS Huevos de gallinas

No son un caso único, ya que su presencia es normal en el puesto de observación, y sin embargo se consumen muchos menos huevos de codorniz que de gallina. Se debe a la falta de información, a una cáscara con manchas menos atractivas, a su tamaño más modesto, a que no parecen un alimento básico total o a que su coste es bastante más elevado que el de los huevos de gallina. No obstante, hay muchas motivaciones para dinamizar su utilización.

1. Huevos de codorniz, Cubrir manchas

Lo que más llama la atención es la presencia de manchas en la cáscara. Su motivación es que pasen desapercibidas para los cazadores previstos. Desde un punto de vista, ya que se parecen a la tierra. Por otro lado, las manchas impiden ver bien el contorno del huevo (el supuesto matiz problemático) y les ayudan a pasar desapercibidos sin ningún problema. Como curiosidad: una codorniz en avicultura pone un huevo como un reloj. Una gallina pone un huevo a intervalos regulares.

2. Calorías prácticamente similares

Puede que sean más modestas, pero se alimentan de forma muy parecida. Algo más, de hecho. Frente a las 150 kilocalorías por cada 100 gramos de los huevos de gallina, los de codorniz aportan 154 kilocalorías. Lo importante está en el peso: mientras que un huevo de gallina típico pesa unos 65 gramos, un huevo de codorniz carga lo normal, unos 10 gramos. Deberías poner unos cuantos huevos para llegar al compromiso energético de un huevo tradicional.

3. Más proteínas, misma grasa

Como indican las tablas dietéticas, los huevos de codorniz tienen un contenido proteínico ligeramente superior: 13,1 gramos frente a los 12,5 gramos por 100 gramos de los huevos de gallina. Teniendo todo en cuenta, las cifras se corresponden (11,1 gramos), aunque el colesterol de los huevos de codorniz es más del doble (844 mg frente a 385 mg). ¿Es arriesgado? Obviamente es cierto que debemos recordar continuamente, aunque el colesterol dietético no es lo que más impacta en los terribles niveles de colesterol en nuestros corredores, sin embargo, en la misma grasa inmersa.

4. Más folatos, menos nutrientes An y D

Los folatos están comprometidos con el desarrollo de los tejidos maternos durante el embarazo, así como en la conclusión correcta del contenedor cerebral del bebé. Asumiendo que este nutriente es dependientemente significativo, son cruciales durante el embarazo. Además, aquí ganan las de codorniz: 66 mcg frente a los 50 mcg de las de gallina. La Fundación Española de Alimentación y Dietética recuerda, no obstante, que la mejor fuente de folato no son los huevos, sino las verduras, especialmente las de hoja verde.

Puedes leer:Consejos para criar Codornices y obtener huevos

La cara B es la vitamina D y A, donde gana la soberana de la granja. Eso no quita para que los huevos de codorniz aporten 156 mcg de vitamina A, clave para la visión y para mantener la piel y las mucosas con todo su esplendor. Además, el equivalente con la vitamina D (1,4 mcg), huevos de codorniz dan no exactamente huevos de gallina (1,74 mcg), sin embargo son todavía abundante en este nutriente, que se suma a la típica de trabajo del marco resistente.

5. Prácticamente el doble de hierro

El hierro no sólo se encuentra en los filetes. Los huevos también aportan este mineral, fundamental para el desarrollo normal de las plaquetas rojas, las encargadas de transportar el oxígeno. En 100 gramos de huevos de codorniz tienes 3,65 mg, mientras que los de gallina apenas 1,9 mg.

6. Menos sensibilidades (sin embargo, no deje que su portero) Huevos de codorniz.

Menos casos de sensibilidades se aluden generalmente a la utilización de huevos de codorniz. Con todo, teniendo en cuenta que un tipo de sensibilidad puede vencer a edades tempranas en el caso de que no se tome este alimento durante algún tiempo, la sugerencia de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) es dejar de dárselo a los niños afilados. “Los huevos de codorniz tienen partes muy parecidas, a pesar de no ser algo similar, a los huevos de gallina (reactividad cruzada)”, llaman la atención.

7. Flexibles para mordisquear polluelos de codorniz

Las miniaturas son excepcionalmente flexibles en la alimentación actual. Sobre todo en canapés o gulas. Dé rienda suelta a su mente creativa (y a su pericia en el horno) y planifique alubias expansivas con beicon y huevos a la plancha, espárragos trigueros mixtos, tostadas de huevo chamuscado más pequeñas de lo habitual con sobrasada o huevos escoceses (huevo duro rebozado cubierto de carne picada, empanado y asado a la plancha).

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